Una agresión sin sentido
Me gustaría contarles una anécdota, si me permiten. Todos sabemos de la inseguridad que existen en nuestra sociedad. La policía actúa y tiene un período de tiempo donde luego de ese tiempo debe ver el detenido un juez. Si es menor, o se comprueba una falencia administrativa en el procedimiento, o simplemente por ser menor el juez dictamina la libertad del detenido.
Es un cuento, pero no lo miren como cuento, mírenlo con otros ojos, los ojos de la persona que se siente agredida. Paso a redactar una historia que incumbe a la sociedad en su conjunto, al menos ese es mi opinión.
Era lunes, Marcelo iba al trabajo. Acostumbra a tomar el ómnibus que lo deja a dos cuadras de su casa, y luego debe caminar 4 cuadras hasta la empresa donde se desempeña como Ingeniero. Tiene una familia compuesta por su señora Ana María y dos lindos hijos de 15 y 18 años.
Marcelo es una persona muy observadora, mientras esperaba a locomoción que finalmente lo llevaría al trabajo, vio dos hombres que no eran de la zona, ya que por la hora que sale siempre se encuentra con las mismas caras.
No le gustó el comportamiento de éstos, durmieron al reparo de un techito en la puerta de una casa abandonada, que casualmente estaba al costado a la parada mencionada.
El tenía una habilidad extraña de percibir cuando algo no estaba bien. Es algo así como saber qué debes mirar y tomar el tiempo para darte cuenta de los aspectos relacionados con la seguridad que tienen lugar a tú alrededor. Fué un segundo lo atemorizó. Un menor estaba dándole a la pasta base y el mayor estaba vestido con una chaqueta negra como el alma del diablo. Los moscones rodeaban su cuerpo como un halo , mientras le daba al alcohol sin rectificar.
En la parada en esa hora específica no había nadie, quisieron arrebatarle el portafolio que tenía en su mano izquierda. Marcelo los miraba de reojo. Comenzó a sentir que le pedían si tenia plata para el vino. Marcelo no quiso hacerle caso. Entonces comenzaron las palabras que poco a poco fueron tornándose mas fuertes. Y como Marcelo ducho en en defensa personal , entendió que ésta no consiste en ganar una pelea sino en evitarla. La mayor éxito es ¡cuando no pasa nada! Si eso no es posible, debía la siguiente filosofía: Si no puedes prevenirlo, evítalo. Si no puedes evitarlo, limítalo. Si no puedes limitarlo, escapa. Si no puedes escapar, puede que tengas que pelear para salir de la situación. Si tienes que pelear, que sea como última salida, no como primera.
Los miro con ojos que no dicen nada, sus ojos negros observaban pero el como si nada.
Siguieron los gestos cada vez mas agresivos por la necesidad de la droga que llevo al menor atacar a Marcelo y e mayor saco un arma blanca. Marcelo sabía de defensa, cuando fue el momento de arrebato éste dejo inconsciente al mayor y le quebró un brazo.
La policía vino y se los llevaron.
Este es el mundo que vivimos a diario en Uruguay. ¿Que llevo a que Marcelo tuviera que defenderse?. Y resulta que es detenido como si fuere un delincuente.
Tema difícil, ¿quienes el culpable? La sociedad por permitir que estos malvivientes se compotasen de esa manera o Marcelo que ante una agresividad sin necesidad tuvo que reaccionar e ir detenido, hasta tanto se demostrase que fue en legítima defensa.
O cuarto poder, llámele Justicia cumple el rol que debe o esta devaluada.
Hasta la próxima
Es un cuento, pero no lo miren como cuento, mírenlo con otros ojos, los ojos de la persona que se siente agredida. Paso a redactar una historia que incumbe a la sociedad en su conjunto, al menos ese es mi opinión.
Era lunes, Marcelo iba al trabajo. Acostumbra a tomar el ómnibus que lo deja a dos cuadras de su casa, y luego debe caminar 4 cuadras hasta la empresa donde se desempeña como Ingeniero. Tiene una familia compuesta por su señora Ana María y dos lindos hijos de 15 y 18 años.
Marcelo es una persona muy observadora, mientras esperaba a locomoción que finalmente lo llevaría al trabajo, vio dos hombres que no eran de la zona, ya que por la hora que sale siempre se encuentra con las mismas caras.
No le gustó el comportamiento de éstos, durmieron al reparo de un techito en la puerta de una casa abandonada, que casualmente estaba al costado a la parada mencionada.
El tenía una habilidad extraña de percibir cuando algo no estaba bien. Es algo así como saber qué debes mirar y tomar el tiempo para darte cuenta de los aspectos relacionados con la seguridad que tienen lugar a tú alrededor. Fué un segundo lo atemorizó. Un menor estaba dándole a la pasta base y el mayor estaba vestido con una chaqueta negra como el alma del diablo. Los moscones rodeaban su cuerpo como un halo , mientras le daba al alcohol sin rectificar.
En la parada en esa hora específica no había nadie, quisieron arrebatarle el portafolio que tenía en su mano izquierda. Marcelo los miraba de reojo. Comenzó a sentir que le pedían si tenia plata para el vino. Marcelo no quiso hacerle caso. Entonces comenzaron las palabras que poco a poco fueron tornándose mas fuertes. Y como Marcelo ducho en en defensa personal , entendió que ésta no consiste en ganar una pelea sino en evitarla. La mayor éxito es ¡cuando no pasa nada! Si eso no es posible, debía la siguiente filosofía: Si no puedes prevenirlo, evítalo. Si no puedes evitarlo, limítalo. Si no puedes limitarlo, escapa. Si no puedes escapar, puede que tengas que pelear para salir de la situación. Si tienes que pelear, que sea como última salida, no como primera.
Los miro con ojos que no dicen nada, sus ojos negros observaban pero el como si nada.
Siguieron los gestos cada vez mas agresivos por la necesidad de la droga que llevo al menor atacar a Marcelo y e mayor saco un arma blanca. Marcelo sabía de defensa, cuando fue el momento de arrebato éste dejo inconsciente al mayor y le quebró un brazo.
La policía vino y se los llevaron.
Este es el mundo que vivimos a diario en Uruguay. ¿Que llevo a que Marcelo tuviera que defenderse?. Y resulta que es detenido como si fuere un delincuente.
Tema difícil, ¿quienes el culpable? La sociedad por permitir que estos malvivientes se compotasen de esa manera o Marcelo que ante una agresividad sin necesidad tuvo que reaccionar e ir detenido, hasta tanto se demostrase que fue en legítima defensa.
O cuarto poder, llámele Justicia cumple el rol que debe o esta devaluada.
Hasta la próxima
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